viernes, 22 de junio de 2012

RITMOS MUSICALES

Yaraví una especie de balada, extensiva a todos los pueblos sojuzgados por el incario y con el primitivo nombre de HARAVEC, distinguimos en aquel, dos tipos:
a) El Indígena (Binario compuesto 6/8 )

b) Criollo (Ternario simple 3/4)

Aunque ambos son de carácter elegíaco y de movimiento larghetto, se diferencian no solo en el compás sino en sus elementos: el yaraví aborigen es pentafónico menor, mientras que el criollo introduce, a más de la sensible, segundo y sexto grados de la escala melódica menor y aún diseños cromáticos.

En el Sanjuanito también se observa igual diferenciación: El sanjuanito de blancos recurre a mixturas de escalas pentafónicas y melódicas, como hibridismo natural engendrado por el criollismo; y el Sanjuanito otavaleño, genuina expresión de este género de danza autóctona.

La forma binaria simple de esta danza, en compás de 2/4 y en movimiento allegro moderato, va precedida por corta introducción (con substratum rítmico) que a la vez sirve de interludio a sus dos partes, con respectivos ritornellos.

La danza de los Abagos es ritual: simboliza la lucha del bien y del mal; de movimientos moderado y en compás de cuartos, generalmente.

Danza genuinamente haliolátricas y pre incásicas son el Yumbo y el Danzante. Las células rítmicas del Yumbo son esencialmente trocaicas, es decir, constituidas por una figura de valor lasgo y otra de valor corto, sometidas al compás binario compuesto y en movimiento de allegretto vivo. En cambio el Danzante , si bien se encuentra ubicado dentro del mismo compás, difiere en su célula; pues, su ritmo es yámbico, esto es, constituido por un valor corto y otro largo (a la inversa de la anterior) y de movimiento más tranquilo, pero pesante.

Parece que la fusión de estos dos ritmos trajo, como consecuencia evolutiva, elementos sincopados; combinación que culminó en la verdadera danza criolla de espíritu vivaz, denominado Aire Típico que junto con el Albazo (3/4) y el Alza , se convirtieron en exponentes del criollismo musical ecuatoriano. Y, sobre todo, la última se distingue por sus caprichosas alternativas rítmicas que muchas veces presenta aspectos de birritmia. Cabe anotar como caso de evolución rítmica, la existencia de un baile nativo llamado Chimbeña, en compás de amalgama (5/8), es decir en demarcación combinada de un ternario y un binario, como se observa en el zortzico español.

La Chilena es, en honor a la verdad, la zamacueca importada del país de la Estrella Solitaria, pero con la modalidad típica de nuestra musa popular.

Por el tinte y la estructura, es la Tonada, algo semejante al yaraví criollo: diferenciándose de este por su ritmo de compás binario y porque su complemento estructural finaliza en una pero-ración movida chispeante.

Originarias de las provincias australes del Ecuador son la Chirimía (especie de danzante) y la Curiquinga (un sanjuanito primitivo), que cuando termina con un período alegre y vivo, dan a éste el pomposo nombre de fuga.

Finalmente, encuéntrase en la actualidad en el apogeo de la moda el Pasacalle que es en realidad un pasodoble criollo, y cuyo prototipo es el popularísimo "Chulla Quiteño".

El corte binario simple es común a los aires vernaculares, y es muy raro encontrar en composiciones de este género la forma tripartita. Las armonías, aunque elementales y encuadradas dentro de estrecho marco, son sui géneris y presentan frecuentemente acordes bimodales en la dominante del tono fundamental.


PROCESO EVOLUTIVO


Las escalas pentafónicas mayores son una de las etapas evolutivas de los pueblos hacia el sistema tonal. Para formarse una visión clara de aquellos, basta recorrer (íntegra o fragmentariamente) las teclas negras del piano, desde lo grave a lo agudo o viceversa. Y si las distribuimos en el sentido de su tono, nos encontramos con sus dos modos:


En la música indígena predomina generalmente el modo menor, y el relativo mayor se lo percibe como una modulación pasajera.

Ahora bien, si se las somete a los ritmos de los aires aborígenes más caracterizados, con acompañamiento y armonización elementales para facilidades de comprensión, se obtiene:

YARAVÍ

DANZANTE

YUMBO

SANJUANITO

Un paso más en dirección del proceso evolutivo nos avocará a la otra etapa: el Criollismo, como producto del mestizaje musical indo-hispano.

Tomando las citadas escalas pentafónicas de tema obligado para demostración de las metamorfosis que sufren en los tres tipos de danzas criollas, tomaré en primer lugar el Aire-Típico

llamado también Rondeña por algunos folcloristas, luego el Albazo y por último el Alza que hizo su aparición en Quito alrededor de 1840. Excluyo, de facto, el Pasillo por ser oriundo de la República de Colombia y que tomó cartas de naturalización en el Ecuador.

AIRE TÍPICO

ALBAZO

ALZA

El sincretismo musical franquea la puerta de la etapa final; esto es el empleo de procedimientos técnicos encaminados a elevar la música vernácula sin substraer su espíritu ni mixtificarla.

Por mera coincidencia temática, transcribo el motivo inicial de mi primera rapsodia aborigen, intitulada "En el Templo del Sol", y compuesta en 1932.

Y por último, el modernismo y ultra modernismo y sus derivaciones son fuentes inagotables de enriquecimiento armónico que, hábilmente empleados, dan a la música regional un exotismo peculiar.

Y cuando el gran Waldo Frank, de paso por Quito, (1949), escuchó mi "Cuarteto Vernáculo", me manifestó su complacencia por "el acertado casamiento entre la música indígena y el modernismo".

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